La utilización de esta tecnología permite a los usuarios generar una parte o la totalidad de la electricidad que consumen, lo que se traduce en un ahorro en la factura de luz e independencia en la disponibilidad de energía.
Los paneles solares tienen una extensa vida útil y los costos de mantenimiento son muy bajos. Esto contribuye también al ahorro.
Durante cortes de energía o emergencias, los sistemas solares pueden seguir proporcionando electricidad, ofreciendo una mayor seguridad energética.
Dependiendo del lugar donde se instale el sistema solar fotovoltaico, existen incentivos fiscales y programas de subvención que pueden reducir el costo inicial de la instalación solar, haciendo que la inversión sea más atractiva económicamente y acompañe la decisión de los usuarios a apostar por esta tecnología.
La energía solar fotovoltaica utiliza una fuente de energía renovable y limpia, los rayos del sol. Durante la generación de energía, no se agotan ni se alteran recursos del ambiente, como tampoco se producen emisiones directas, lo cual es crucial para la mitigación del cambio climático y la preservación del medio ambiente.
Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es esencial para estabilizar el clima global y evitar los impactos adversos asociados, como el aumento del nivel del mar, eventos climáticos extremos y la pérdida de biodiversidad.
